Disminuyó la producción y consumo de legumbres en América Latina y el Caribe

01.12.2016 | Alimentos

Un nuevo estudio presentad por la FAO, expone que la producción de legumbres ha disminuido frente a otros cultivos más comerciales. Al mismo tiempo, la FAO y el Gobierno de Ecuador están desarrollan un simposio para fomentar la investigación sobre el lupino, una especie de leguminosa comestible originaria de los Andes.


La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO), ha presentado una encuesta sobre la producción y consumo de legumbres en América Latina y el Caribe, dejando en evidencia que las legumbres enfrentan competencia con cultivos más comerciales y de exportación que ocupan las áreas con mejores suelos y riego.

Asimismo, la producción se ha trasladado hacia zonas de secano, lo que ha generado una caída en sus rendimientos, competitividad, volúmenes producidos y el número de productores que las cultivan. También ha disminuido su consumo, ya que asocian este alimento a los estratos más pobres de la sociedad, segun la FAO esto se debe a la falta de educación e información sobre sus beneficios alimentarios y su gran potencial agrícola.  

"Las nuevas generaciones están perdiendo el conocimiento de las formas de producción, consumo y preparación de las legumbres. Se trata de un tesoro latinoamericano que está en riesgo”, explicó Allan Hruska de la FAO, destacando la importancia de revindicar los alimentos nativos y nutritivos frente a la presión comercial de la “comida chatarra” en América Latina y el Caribe.

Durante este Año Internacional de las Legumbres, la FAO ha trabajado con gobiernos y asociaciones de productores para revalorar y reposicionar las legumbres como alimentos estratégicos para la seguridad alimentaria y superación de la pobreza rural. En este contexto, el Gobierno de Ecuador y la FAO impulsaron la investigación científica sobre el lupino, tarwi o chocho, lupinus mutabilis, única leguminosa de grano comestible originaria de los Andes, a través de un simposio regional, que se realizó en Quito del 29 de noviembre al 01 de diciembre, con participación de productores y profesionales de Perú y Bolivia.

El cultivo del lupino se desarrolla en diferentes sistemas de producción desde Ecuador hasta Chile y el noreste de Argentina, ya que tiene alta tolerancia a suelos pobres, sequías y bajas temperaturas, además de poseer flores de gran belleza y valor decorativo.

“El lupino es sólo un ejemplo del enorme patrimonio cultural, agrícola y nutricional que representan las legumbres de la región, y que ha sido preservado por los agricultores familiares”, explicó Hruska, agregando que su diversidad genética proporciona al lupino la posibilidad de adaptarse al cambio climático.

Según la FAO, los agricultores familiares son quienes aún preservan el saber y las costumbres que los gobiernos requieren para recuperar las legumbres de la región. Este tipo de agricultura mantiene las redes de intercambio de semillas a nivel de productores y prácticas ancestrales de manejo, las cuales requieren apoyo estatal para su continuidad.

Para finaliar, las legumbres cumplen un rol importante como una alternativa productiva para zonas con terrenos marginales y de secano, debido a su capacidad de adaptación a todo tipo de suelos y la relativa falta de cuidados que requieren, convirtiendose en un insumo clave para los agricultores, ya que como fijadoras de nitrógeno, aportan abonos verdes que permiten la recuperación y conservación de los suelos.

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