"Como consumidores somos responsables de exigir saber de dónde vienen los productos y cómo se produjeron"

Anita Sheth
Fairtrade Internacional
Poner fin al trabajo infantil en las cadenas de producción
21.06.2016 | Opinion

Recientemente una historia surgió en Berlín, cuando cinco niños entre diez y once años se acercaron a tiendas de moda pidiendo trabajo, diciendo que estaban dispuestos a trabajar largas horas por un salario bajo. No es de extrañar, que fueran rechazados y que les dijeran que eran demasiado pequeños para trabajar, que eso sería "trabajo infantil".

Este experimento puso en relieve la doble moral en la que en algunas partes del mundo se permite que niños trabajen muy duro muchas horas por poco dinero en malas condiciones - condiciones en las que minoristas y consumidores no aceptarían en sus propios países.
 
Desde las plantaciones de café en Latinoamérica a los cultivos de cacao en África Occidental, desde las fábricas de ropa en Bangladesh a las minas de oro en el sudeste de Asia, niños con tan solo 5 años de edad trabajan largas horas en condiciones tan duras que la mayoría de adultos considerarían intolerables. De acuerdo con la Organización Internacional de Trabajo (OIT), a pesar de una tendencia global a la baja, aún todavía hay más de 168 millones de niños trabajando, más de la mitad de ellos trabajan en lo que está clasificado oficialmente como "trabajo peligroso".
 
La OIT ha proclamado el 2016 como una oportunidad para hacer brillar la luz en lo que se puede hacer para erradicar el trabajo infantil de las cadenas de suministro. Señala que "todas las cadenas de suministro, desde la agricultura a la manufactura, incluso servicios para la construcción, corren el riesgo de que la explotación infantil esté presente."
 
Fairtrade fue la primera organización de su tipo en implementar un sistema basado en derechos de protección de los niños y procedimientos de la eliminación de las peores formas de trabajo infantil. Desde 2009, hemos utilizado un enfoque basado en los derechos (es decir, basado en las normas de derechos humanos internacionalmente aceptadas) para reforzar la protección de niñas y niños en riesgo de estar, o que ya están involucrados en el trabajo infantil. Cada alegación o alerta desencadena una evaluación rigurosa que implica el asesoramiento de las organizaciones o expertos en derechos de los niños. Si se confirma, se envía un informe a la agencia gubernamental apropiada para un seguimiento. Si tenemos alguna duda sobre u voluntad o capacidad para actuar, involucraríamos a un especialista de renombre de ONG.
 
No ha sido fácil llegar hasta aquí. Hemos sido criticados por falta de transparencia y acusados de encubrimiento porque no "nombramos y avergonzamos" organizaciones de productores Fairtrade que se encuentran en violación de nuestras normas sobre trabajo infantil. Sin embargo nuestra experiencia nos ha enseñado que señalar con el dedo sirve de poco para resolver el problema - nosotros preferimos trabajar con las organizaciones de productores para que entiendan por qué está mal y que en última instancia perjudica no sólo a sus hijos sino también al negocio.
 
Fairtrade tiene claro que cualquiera que identifica un caso de las peores formas de trabajo infantil tiene el deber de actuar para proteger a esos niños, ya sea a través de informes confidenciales a las agencias de protección de la infancia o la remediación directa. Sí, por supuesto, las políticas y la formación son de vital importancia. Pero mucho más importante es la implementación de un compromiso con los derechos de los niños en cada uno de los empleados Fairtrade o contratistas.
 
Una dura lección que hemos aprendido es que las medidas de protección a menores impuestas desde arriba tienen un limitado impacto positivo. Son los mismos productores y trabajadores que están en mejores condiciones para comprender y abordar la explotación, así las políticas y procedimientos son mucho más efectivas cuando se desarrollan e implementan en conjunto con productores, trabajadores, comunidades y familias. No es perfecto - existen limitaciones a este enfoque desde abajo hacia arriba - pero nos hemos dado cuenta que cuando los propios productores toman la iniciativa, el trabajo infantil empieza a abordarse eficazmente.
 
Aquí un gran ejemplo: hace unos años una aditoría de Fairtrade a una cooperativa de azñucar de caña en Belice descubrió que existían evidencias de niños menores de edad trabajando durante el horario escolar. Trabajamos con los productores para contruir un sistema para identificar y retirar a los niños que realizaran trabajos inaceptables, y poner en marcha unas medidas a largo plazo para reducir al mínimo el riesgo de que volviera a ocurrir. Pero - en un punto verdadero - fueron los mismos productores quienes se organizaron talleres de formación  de Fairtrade con UNICEF, introdujeron un programa de sensibilización  y una política laboral infantil, y un programa pionero sobre explotación infantil: the Youth Inclusive Community, (la comunidad inclusiva de jóvenes, YICBMR) basada en el programa de monitoreo y remediación.

Niños, jóvenes y adultos se encuentran en el corazón del programa. Ellos identifican los potenciales y/o los riesgos del bienestar de los niños y hacen recomendaciones en cómo responder. Fairtrade ha desarrollado el sistema YICBMR específicamente para promover el bienestar y desarrollo de los niños dentro y alrededor de las organizaciones de productores, y se ha probado este sistema en los últimos tres años en doce países. Niños y adultos de comunidades productoras identifican cuando los niños se sienten seguros e inseguros, y diseñan proyectos para mejorar el bienestar y desarrollo de los mismos, que va mucho más allá de responder al problema del trabajo infantil.

Fairtrade pone el énfasis en el empoderamiento de los productores y sus comunidades. Los niños y los jóvenes deciden lo que les funciona mejor continuamente realizando un seguimiento y respondiendo al trabajo infantil. Nuestro enfoque basado en los derechos combina la protección de los niños a la explotación, mientras que al mismo tiempo permitimos su participación y desarrollo. No siempre es fácil mantener el equilibrio de estos derechos básicos, por los estándares Fairtrade permiten que los niños ayuden a cabo a sus familiares después de clases o durante las vacaciones. El trabajo deberá ser adecuado para la edad del niño y su condición física, no deben trabajar largas horas, o en condiciones peligrosas o de explotación, y deben tener un padre o tutor supervisándolos y guiándolos.
 
Este Día Mundial contra el Trabajo Infantil, Fairtrade hace un llamamiento a las organizaciones con productos certificados a ir más allá de los requisitos mínimos mediante el apoyo a los productores y trabajadores que están liderando el camino con los jóvenes de forma inclusiva, basada en los derechos, impulsado por la comunidad y a través de sistema de auto-gobernanza para identificar y responder al trabajo infantil. Nuestro reciente revistado estándar Fairtrade para proovedores anima a las organizaciones a asociarse al sistema YICBMR.
 
Aún tenemos un largo camino por recorrer antes de que podamos estar seguros de que Fairtrade está realizando mejoras reales en el bienestar y desarrollo de las niñas y niños. Y no lo podemos hacer solos. Al igual que los niños de Berlín al entrar en las tiendas nos mostraron, como consumidores somos todos responsables de exigir saber de dónde vienen nuestra comida y ropa y cómo se produjeron.

(Fuente: Fairtrade Ibérica)

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