Almacenamiento en la nube vs almacenamiento local: ¿Por qué deberías considerar autoalojar tus archivos?

Confiar nuestros datos a grandes empresas como Microsoft, Apple o Google requiere más que solo conveniencia. Si bien ofrecen soluciones eficientes y fáciles de usar, existen preocupaciones crecientes sobre la privacidad, la seguridad y la disponibilidad de la información en la nube. Si lo que más valoras es el control sobre tus datos, una alternativa que deberías considerar es el self-hosting, es decir, alojar tú mismo tu plataforma de almacenamiento. A continuación, te presentamos algunas razones clave para hacerlo.


Recupera el control total de tu información

Uno de los principales motivos para dejar de pagar una suscripción a servicios de almacenamiento en la nube y optar por una solución autoalojada es el control total de tus datos. Servicios como Microsoft OneDrive o Google Drive son extremadamente cómodos: activas una cuenta, subes tus archivos y puedes acceder a ellos desde casi cualquier dispositivo. Sin embargo, esa comodidad implica confiar todos tus datos a un tercero, con políticas y condiciones que pueden cambiar en cualquier momento.

En cambio, al usar un servidor propio o un NAS (Network Attached Storage), tú decides cómo se almacenan y acceden los archivos. Si trabajas principalmente desde casa o bajo un modelo híbrido, no necesitarás más que tu red local para tener acceso a todos tus documentos, sin depender de servidores externos o conexiones adicionales.


Independencia de terceros

Cada acción que realizas en una plataforma de almacenamiento en la nube debe cumplir con los términos del proveedor. Esto puede limitarte a ciertos protocolos, generar incompatibilidades con dispositivos antiguos o bloquear funciones si no cumplen con sus políticas. Además, cualquier cambio en su hoja de ruta puede afectar directamente la forma en que usas el servicio.

Con soluciones autoalojadas, especialmente aquellas basadas en software de código abierto como TrueNAS, tienes mayor libertad y estabilidad. Las decisiones de desarrollo suelen responder a la comunidad y no a intereses comerciales, lo que reduce la probabilidad de cambios inesperados. Incluso puedes adaptar o modificar el software a tus necesidades específicas mediante forks o versiones alternativas.


Ahorro a largo plazo

El almacenamiento en la nube puede parecer barato al inicio, con planes desde $2 mensuales. Pero esa tarifa suele incluir límites estrictos en la capacidad, lo que te obliga a pagar más conforme aumenta tu necesidad de espacio. Si haces cuentas a largo plazo, verás que el costo mensual acumulado supera con creces el valor de un NAS con discos de gran capacidad.

Por ejemplo, Google Drive ofrece hasta 2 TB de almacenamiento por aproximadamente $10 al mes. En comparación, un solo disco NAS de 24 TB puede costar lo mismo que un año de suscripción a Google, pero sin los pagos recurrentes. La única inversión posterior sería un pequeño gasto en electricidad.


Más capacidad de almacenamiento

Una de las principales limitaciones del almacenamiento en la nube es la capacidad. Mientras que Google Drive ofrece planes de hasta 2 TB, un NAS básico puede albergar discos de 24 TB o más. Incluso si se consideran planes empresariales con más espacio, los costos aumentan considerablemente. Google, por ejemplo, cobra alrededor de $0.02 por GB al mes, lo que equivale a unos $480 mensuales por 24 TB. Eso es casi el costo de un disco NAS físico.

Esto demuestra que el almacenamiento en la nube, aunque conveniente, puede volverse costoso rápidamente si necesitas mucho espacio.


¿Y si combinas ambas opciones?

Aunque el autoalojamiento tiene muchas ventajas, eso no significa que debas descartar por completo el almacenamiento en la nube. Puedes beneficiarte de lo mejor de ambos mundos siguiendo la regla de respaldo 3-2-1: tres copias de tus datos, en al menos dos tipos de almacenamiento diferentes, y una de ellas fuera del sitio (por ejemplo, en la nube). Así, puedes aprovechar la disponibilidad y conveniencia del almacenamiento en línea, mientras mantienes el control y capacidad del almacenamiento local.


Autoalojar tu propio sistema de almacenamiento te ofrece independencia, ahorro a largo plazo, mayor capacidad y control total sobre tus archivos. Si valoras la privacidad y quieres evitar depender de los cambios de políticas o precios de terceros, considera seriamente implementar una solución local como un NAS. Puedes seguir utilizando servicios en la nube como complemento, pero con la seguridad de que tú tienes la última palabra sobre tus datos.

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