En un reciente fallo, los tribunales de los Estados Unidos han determinado que Google opera como un monopolio. Este veredicto, aunque sorprendente para pocos, subraya la enorme influencia de la empresa en diversos sectores:
- Dominio absoluto en la búsqueda web.
- Control de más del 50% del mercado móvil.
- Amplia influencia en herramientas digitales como mapas, correo electrónico y medios de comunicación.
Ante este panorama, el Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) ha propuesto como solución dividir a Google en tres entidades separadas:
- Búsqueda.
- Android.
- Medios.
Además, Google enfrenta ahora una investigación en el Reino Unido por su posición dominante en el mercado, lo que suma presión a la empresa y podría tener grandes implicaciones para inversores y consumidores.
Implicaciones para los inversores
Alphabet, la empresa matriz de Google, está valorada en $2.4 billones de dólares, y sus acciones son una parte fundamental de muchos portafolios de inversión. Una división de Google podría generar incertidumbre para los inversores, especialmente si el valor de cada entidad resultante fluctúa considerablemente.
El impacto no solo se limitaría al valor de las acciones; también podría alterar profundamente sectores enteros que dependen de Google, como la publicidad digital, el desarrollo de aplicaciones y, especialmente, la optimización para motores de búsqueda (SEO).
Un cambio sísmico en el SEO
Durante décadas, el SEO ha definido cómo operan las empresas y los profesionales del marketing. Las estrategias se han basado en descifrar y adaptarse a los algoritmos de Google, que han dictado la visibilidad y el tráfico en línea.
Sin embargo, uno de los objetivos clave del juicio antimonopolio es fomentar una mayor competencia en el mercado. Esto podría abrir la puerta a más opciones de motores de búsqueda predeterminados para los usuarios, reduciendo el dominio de Google. De hecho, la cuota de mercado de Google recientemente cayó por debajo del 90% por primera vez en una década.
Aunque los cambios inmediatos podrían ser modestos, especialmente si no surge un competidor fuerte como un motor de búsqueda de Apple, la situación podría complicarse. Un motor de búsqueda desarrollado por Apple podría capturar rápidamente una porción significativa del mercado, especialmente dada la gran base de usuarios de dispositivos Apple.
Además, el creciente interés en la privacidad de los datos podría impulsar a más usuarios hacia opciones centradas en la privacidad como Brave, DuckDuckGo o Skiff.
La evolución de las búsquedas orgánicas
El concepto de “búsqueda orgánica” también está cambiando. Cada vez más personas recurren a plataformas sociales y modelos de lenguaje (LLMs) para buscar información, productos y tomar decisiones. Estas alternativas podrían priorizar la privacidad, la accesibilidad y la facilidad de uso de maneras que redefinan la experiencia de búsqueda tradicional.
En este contexto, los profesionales de SEO deben mirar más allá de Google y del panorama establecido de motores de búsqueda para identificar nuevas formas de generar valor para sus clientes.
Transparencia en los datos y requisitos de competencia
El DOJ podría exigir a Google que licencie su índice de búsqueda y sus flujos de datos a competidores como Microsoft Bing o DuckDuckGo. Esto nivelaría el campo de juego y fomentaría una mayor transparencia en los algoritmos de Google.
Históricamente, uno de los diferenciadores clave de Google ha sido la calidad de sus resultados de búsqueda, que depende en gran medida de su vasto acceso a datos. Si esta ventaja se distribuye entre competidores, podría democratizar la calidad de las búsquedas y obligar a los motores de búsqueda a diferenciarse mediante características adicionales, como integraciones con inteligencia artificial.
No obstante, esta apertura también podría dar lugar a tácticas de SEO más manipulativas, similares a las que se usaban en los primeros días de Internet, al menos temporalmente.
Impacto de la separación del navegador Chrome
Una de las medidas más probables sería separar el navegador Chrome del ecosistema de Google. Aunque esto pueda parecer insignificante, las implicaciones son enormes, ya que Chrome opera sobre el software de navegador de código abierto Chromium, que también impulsa la mayoría de los navegadores alternativos, incluyendo:
- Microsoft Edge.
- Amazon Silk.
- Brave.
- Opera.
Si Google realizara cambios significativos en Chromium, podría alterar el ecosistema global de navegadores. Esto afectaría a las páginas de resultados de los motores de búsqueda (SERP), las búsquedas en aplicaciones móviles e incluso las plataformas de compras en línea, obligando a los profesionales de SEO a replantear sus estrategias.
Control editorial y opciones para los editores
Otra propuesta del DOJ permitiría a los editores optar por no aparecer en características específicas de Google, como resúmenes generados por inteligencia artificial o fragmentos destacados, sin perder visibilidad en los resultados de búsqueda. Esta medida daría a los editores un mayor control sobre su contenido, permitiéndoles equilibrar el impacto del tráfico con el control estratégico de sus datos.
De implementarse, esto transformaría la relación entre editores, motores de búsqueda y usuarios, fomentando un ecosistema digital más competitivo y transparente.
El futuro de las búsquedas y el SEO
Aunque la separación completa de Google parece poco probable, los próximos años serán decisivos para el futuro de la empresa. Una posible desinversión de Chrome o ajustes más directos podrían lograr los objetivos del gobierno.
Si el DOJ logra fragmentar el ecosistema de Google, se esperan cambios significativos en los algoritmos de búsqueda, tanto en Google como en Bing. Estos ajustes también podrían afectar los datos que se comparten con motores como DuckDuckGo y los resultados que los modelos de lenguaje generan al utilizar a Bing como fuente de datos.
La evolución de los algoritmos es inevitable, y los profesionales del SEO deberán adaptarse a un panorama en constante cambio.
El monopolio de Google, aunque cuestionado, ha moldeado durante años el mercado digital y las estrategias de SEO. Sin embargo, los cambios propuestos por el DOJ y las investigaciones internacionales podrían marcar el inicio de una nueva era para la industria tecnológica.
Mientras los usuarios y profesionales del marketing se adaptan a estas transformaciones, la competencia y la transparencia podrían emerger como los pilares de un ecosistema más equilibrado y dinámico. Por ahora, la clave será observar de cerca los desarrollos y prepararse para un futuro incierto pero lleno de oportunidades.