¿Está en riesgo el modelo de dropshipping por la guerra comercial entre EE.UU. y China?

Las recientes medidas arancelarias impuestas por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, han sacudido los mercados internacionales y han puesto en jaque a muchas empresas que dependen del comercio abierto entre China y EE.UU. Si bien gigantes como Temu y Shein han acaparado los titulares, son muchos más los negocios pequeños y medianos, como los dedicados al dropshipping, los que podrían convertirse en las principales víctimas colaterales de esta guerra comercial.

¿Qué es el dropshipping?

El dropshipping es un modelo de comercio electrónico en el cual el vendedor no almacena productos en inventario. En lugar de eso, cuando un cliente realiza una compra, el vendedor transmite el pedido directamente al proveedor (generalmente en China), quien se encarga de enviar el producto al consumidor final. Este modelo permite iniciar un negocio con poca inversión inicial, utilizando plataformas como Shopify y herramientas de marketing digital.

Una caída del 33% en los ingresos

Kamil Sattar, un joven empresario de 25 años que maneja varias tiendas online dedicadas al dropshipping, ha sido testigo directo del impacto negativo de los aranceles. “Estamos viendo una disminución del 33% en los ingresos”, afirma. Su negocio, que solía vender un 60% de sus productos al mercado estadounidense, ahora apenas alcanza entre el 20% y el 30%.

Además, muchas mercancías provenientes de China están siendo retenidas en las aduanas estadounidenses para inspección, lo cual causa demoras, pérdida de clientes y, por supuesto, solicitudes de reembolso. “Si tu paquete se queda atrapado en la frontera, tu cliente va a pedir un reembolso. Ya hemos enfrentado eso varias veces”, señala Sattar.

El golpe final: la eliminación de la exención de minimis

Uno de los cambios más críticos ha sido la eliminación de la exención de minimis, que permitía la entrada libre de impuestos a EE.UU. de envíos menores a $800. Esta política, que beneficiaba especialmente a los dropshippers, dejará de aplicarse a mercancías provenientes de China y Hong Kong a partir del 2 de mayo de 2025.

A partir de esa fecha, estos productos estarán sujetos a aranceles del 30% del valor del producto o $25 por artículo, aumentando a $50 desde el 1 de junio de 2025. Esta medida podría significar el fin de muchos negocios pequeños, especialmente aquellos que dependen exclusivamente de un proveedor chino y de clientes en EE.UU.

La respuesta de la industria: diversificación y mercados alternativos

Sattar y muchos otros emprendedores están intentando adaptarse al nuevo escenario. Han subido los precios de algunos productos para compensar los aranceles y están comenzando a enfocarse más en mercados europeos. Sin embargo, los márgenes de ganancia se han reducido drásticamente.

Julia Xu, CEO de Wayo, afirma que los más afectados serán los modelos similares a Shein o Temu, que dependen de envíos pequeños y rápidos. Yinglan Tan, socio fundador de Insignia Ventures Partners, advierte que los vendedores de Amazon y Shopify con una sola fuente de abastecimiento y un solo mercado de destino enfrentarán una fuerte caída.

En China, la situación también es crítica. Xin Wang, presidenta de la Asociación de Comercio Electrónico Transfronterizo de Shenzhen, reporta que las pymes están enfrentando serias dificultades, especialmente aquellas que venden productos de bajo valor agregado. “60% a 70% de las empresas están adoptando una actitud de esperar y ver, mientras que otras están buscando mercados alternativos”, explicó.

¿Es viable el dropshipping en 2025?

El dropshipping no está muerto, pero sí gravemente herido. La clave para sobrevivir en este nuevo contexto será la diversificación: buscar proveedores fuera de China, vender en mercados distintos a EE.UU., y adaptarse rápidamente a los cambios regulatorios.

“Los que se mantengan y sean inteligentes verán oportunidades ocultas… y esas oportunidades no llegan muy a menudo”, concluye Sattar.